A veces lo que consideramos como "malas hierbas" son, en realidad, plantas salvajes que crecen libres a orillas de los caminos, en nuestros jardines o hasta abriéndose paso a través del duro asfalto. La mayoría de ellas no tiene nada de malas, por el contrario usándose adecuadamente pueden llegar a ser alimento, medicina y aliadas a la hora de mejorar significativamente nuestra salud.
¡Y pensar que la naturaleza nos las ofrece de forma totalmente gratuita!
Conocer las propiedades curativas de estas hierbas, entender cuáles, cómo y cuándo utilizarlas, es una herramienta para lograr una vida sana de una forma natural.
Voy a ir compartiendo en una serie de post 3 de mis hierbas favoritas que no faltan en mi despensa y algunas de sus propiedades:
1. Diente de león. Es una planta perenne muy común en terrenos baldíos y jardines, con hojas lanceoladas y una flor de color amarillo dorado.
👉 Es un alimento nutritivo y desintoxicante, rico en potasio, magnesio, calcio y otros minerales.
👉 A nivel medicinal, es una de las plantas más recomendadas (junto con el cardo mariano) para tratar problemas digestivos y hepáticos. Ayuda a depurar la sangre de toxinas y protege y regenera el hígado de una posible intoxicación alimentaria o química.
👉 Mejora la circulación sanguínea, ayuda a controlar la hipertensión, y normaliza la sangre cuando esta esta muy espesa.
👉 También es un potente regenerador del páncreas, ayuda a mejorar los niveles de glucosa en la sangre, lo cual lo hace muy valioso en el tratamiento de la diabetes. Tiene una acción diurética y laxante suave; neutraliza la acidez estomacal; previene contra cálculos de la vesícula biliar; alivia padecimientos como la Artritis, la Gota, el Reuma y la Artrosis. También se lo aconseja contra las hemorroides y contra la anemia, la inapetencia y el estrés nervioso...
¿Cómo consumirla?
Una de mis opciones favoritas es comerla cruda en deliciosas ensaladas (hojas, también flores).
Infusión de Diente de León: poner 1 ó 2 cucharaditas de una mezcla de 50% y 50% de hojas y raíces, en unos 200 ml de agua, llevar a ebullición, retirar del fuego y dejar reposar 15 minutos. Colar. NO agregar ningún tipo de endulzante.
En cuanto a la dosis de la tisana así preparada se indica que, salvo otra prescripción, se puede tomar una taza de infusión recién preparada media hora antes del almuerzo y de la cena.
Algunas precauciones: NO tomar en caso de tener obstrucción biliar. Puede potenciar la acción de medicamentos antidiabéticos, diuréticos, y anticoagulantes. En caso deficiencia hepática, páncreas o riñón, el modo de uso debe consultarse SIEMPRE con un especialista en forma personal.
Seguimos en un próximo post...
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