Los libros, tan amados por los bibliófilos, aún más cuando son mágicos, curiosos o raros. Queriendo la portada e interesándose por él, sin leer el contenido todavía. Sin embargo, al abrirlo y posar los ojos en sus páginas, ocurre la magia. No así en el cuento de Carlos Iturra “El libro mágico”.
En el texto, el autor relata cómo un libro de editorial Aguilar ya obsoleta, con tapa dura y empastada y hojas de biblia en su interior, trae consigo felicidad. Pero, hay una condición: el libro no debe ser abierto, nunca. Jamás debe ser leído, aunque sus dueños lo supieran demasiado tarde.
Es así como el personaje termina por leerlo y su contenido no figura ninguna sorpresa. Se habla de un sermón filosófico en forma de novela, que no dice nada más de lo que la vida es: dolor, olvido y muerte. Algo muy obvio para el protagonista. En sólo una página de hoja, el autor revela lo que muchos de los amantes de los libros sufren alguna vez en su vida: juzgar la portada, sin saber del contenido.
Aunque el argumento va mucho más allá, pues el libro puede tratarse de la vida y al vivirla, no todo es tan feliz dijeron alguna vez. Como también esta verdad de que “la vida no es sólo felicidad” esté prohibida para todos.
Es el caso del cuento, ya que Carlos Iturra en su brevísimo escrito, entrega a través de una narrativa limpia y para nada compleja, una historia que invita al lector a perderse por las letras en pocos minutos y quedar perplejo con las diferentes situaciones que se presentan en el texto.
Es ideal para la gente sin tiempo, pero que disfruta mucho de la lectura. Y así, toparse también con una realidad que a veces puede perturbar, pues la vida no es sólo felicidad.
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